Comunicación y Periodismo con Paz: Para narrar hay que tener una postura

19 sep. CI.- Durante los días 15, 16 y 17 de septiembre, en la Fundación Juan Manuel Bermúdez, Bogotá, se desarrolló el Encuentro Internacional de Medios: Comunicación y Periodismo con Paz. Allí nos reunimos comunicadoras y comunicadores de varios medios colombianos y latinoamericanos con un objetivo: conversar sobre la actualidad de los procesos sociales de nuestros contextos, cómo los estamos viviendo e informando.

Durante esta semana estaremos publicando las intervenciones de los invitados e invitadas a los dos paneles principales de este Encuentro.

Equipo de Comunicaciones Trochando Sin Fronteras*:

SALUDO FRATERNO Y POPULAR A TODOS (AS) LOS ASISTENTES Y COMPAÑEROS (AS) DE PELEA COMUNICACIONAL

Para narrar la paz en nuestro país, se empieza por asumir una postura sobre esa palabra, porque el régimen Santos impuso el enfoque de la oligarquía sobre la paz, es decir, silenciar la guerrilla, pacificarla y fortalecer el modelo económico capitalista en los territorios. Esa visión de la paz, no cabe dentro de nuestra pelea comunicacional popular, pues somos las víctimas de ese modelo, del régimen y de sus protagonistas.

Por ende, la paz que consideramos debe existir es aquella donde cambie de raíz nuestros problemas como pueblo y país. Como pueblo sufrimos por el tema de salud, eso debe transformarse, sufrimos porque la educación también es un negocio privado en manos del capital financiero, también debe cambiarse esa situación, las riquezas naturales o los bienes comunes son ofertados al mundo, entonces debemos tener soberanía y pleno control sobre lo suyo y mío, lo de todxs.

Así es, que nuestra paz tiene el apellido de justicia social, que en pocas palabras se traduce en la transformación de las causas del conflicto armado, para que no se repitan los conflictos desencadenados desde hace siglos en nuestro territorio, por culpa de los intereses imperialistas y oligárquicos de someternos. La vida digna y felicidad plena en los territorios, cuya armonía con la naturaleza, el mundo y entre nosotros como pueblo sean el fin de la paz, así si podrá haber paz real.

Por eso, con este enfoque y propuesta de paz, nuestras narraciones sobre el tema abordan los problemas cotidianos que aquejan a la gente, incluye a las multinacionales y familias ricas que reprimen y explotan al pueblo, identifica los efectos reales de las políticas emanadas por el gobierno nacional y el congreso, que resultan ser acomodamientos administrativos, fiscales, políticos de nuestro país acorde a los dictámenes de organismos multilaterales como el Banco Mundial, el BID, la OCDE, hasta la misma ONU que terminan siendo brazos de Norte América.

Pero también, la paz que queremos la conforman las iniciativas colectivas cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida que no garantiza el estado burgues. Esos trabajos en comunidad que buscan garantizar alimento, educación, salud, transporte, cultura, comunicación, y fortalecen el tejido social alimentan nuestras narraciones, porque el objetivo es mostrar e intercambiar las propuestas dignas que tienen las comunidades para sobrevivir al tiempo que construyen otro tipo de poder, otros valores, otros intereses y por ende otra institucionalidad. Otro mundo.

Asociaciones, cooperativas, movimientos, redes, tiendas comunitarias, acueductos comunitarios, espacios de formación, medios alternativos y populares, y todas aquellos procesos hechos por la gente de a pie, son narrados para fortalecerlos a sí mismos pero también para que sean ejemplo a otras comunidades víctimas, de que el poder popular yace en su capacidad de organización, movilización y transformación.

Esas experiencias son embriones de una sociedad consecuente con la vida, donde toda relación social y acciones giran alrededor de un proyecto de nación incluyente, diverso, intercultural y no capitalista.

Dejando claro, que la fuente directa y primera de nuestras narraciones serán los procesos mencionados anteriormente. Las comunidades serán la voz veraz que refuerce nuestra manera de comprender y crear la paz. Las fuentes mal llamadas oficiales, solo mienten para defender y sostener el régimen de empobrecimiento, nosotros, los pobres, el pueblo somos veraces porque la práctica refleja que todo el modelo impuesto debe cambiarse, borrarse. Esas fuentes tienen la legalidad de su parte, la normatividad establecida para ellos y por ellos. Nosotros, las comunidades tenemos la legitimidad a nuestro favor, es decir, como sujetos al margen del régimen nuestras experiencias van creando otra hegemonía, que hecha el piso de nuevas instituciones de carácter comunitario, que en la práctica son reconocidas como propias y funcionales para vivir bien. Así es como, medios de comunicación populares hacemos parte de esa hegemonía, somos actores que canalizan la voz de los otros actores populares.

En ese caminar de la palabra, la memoria es un principio inquebrantable, imposible de ignorarlo. Porque el pasado nos da luces para dos cosas en nuestro trabajo, lo primero da luces y explicaciones sobre los acontecimientos que vivimos en el ahora, nos revela las causas y responsables de injusticias de la clase explotadora, como también nos enseñan los responsables y causas de los logros alcanzados por la clase popular.

Y lo segundo, es que mantiene viva la historia de nosotros como pueblo, refuerza la identidad, da sentido a nuestro existir al recordarnos de dónde venimos y quienes nos han antecedido en lo que hacemos. El rico ladrón siempre habla de “dejar el pasado”, “de seguir adelante”, “continuar pa lante y olvidar todo”. Estas palabras son tan dañinas, como sus balas y el rico ladrón lo sabe, es consciente de su intención. Porque primero, no le conviene que sus víctimas recuerden porque son víctimas y quienes son los victimarios, pero ante todo, porque no tiene identidad, le da lo mismo ser colombiano o latinoamericano, su dios es la plata, el dinero, o el euro. Vive para eso, y por eso ni el pasado ni el futuro le importa.

Así es que, la paloma de la paz es un poco desmemoriada. A la pobre le han lavado el cerebro y sufre de alzheimer. Porque Nuestra América fue invadida, robada y sus habitantes masacrados y sometidos. A partir de ese momento, hemos vivido con la guerra en el desayuno, el almuerzo y la cena. A los comuneros los aplastaron, a Jose Antonio galan lo asesinaron, la independencia fue a sangre y fuego, la constitución de las naciones estuvo mediada por la traición de los ricos criollos. En Colombia, se disputaron el poder nacional los terratenientes y militares en el siglo XIX y entrados el siglo XX. La oligarquía conservadora y liberal nos impusieron una guerra civil a partir de la muerte de Gaitán. Y aún seguimos en conflicto no solo armado, también político y social.

Y la ñapa en este recorrido, es la intervención directa de los EE.UU con la oligarquía criolla para mantenernos en ese estado de guerra integral. ¿Cómo podemos olvidar todo esa historia? Peor aún, ¿cómo tienen el descaro de obligarnos a olvidar todo esa historia? Para entender la paz como un hecho más que ocurre en el año, como un partido de fútbol o un concierto de música. Qué pasó, y ya. Vuelve la vida a tomar su “curso normal”.

Por eso, la pelea de la memoria es una pelea por quienes posicionan el tema de conversación en la casa, en el barrio o en el bus. Y además, que nos crean y movilicen por nuestras palabras. Depende de nuestro trabajo que algunos hechos se olviden o ignoren y otros sean el boom noticioso. Estamos dentro de una pelea larga, la de posicionar nuestra visión y propuesta de paz con justicia social y de vida digna. La ventaja en la pelea, es la multitud y diversidad de voces que se suman en el mismo camino, entonces lo que nos queda es seguir uniendo los esfuerzos que en los territorios se dan de comunicación popular.

De encontrar el cómo adecuado para tejer todas esas narraciones que también piensan que la paz no la trae la OSSI, Anglo Gold Ashanti, o el Sindicato Antioqueño, no. Menos mal, eso ya lo estamos haciendo, lo que falta es fortalecerlo. ¿Empezamos ya? ¿ustedes que creen?

Muchas gracias

*Sandra Riveros, Editora de Prensa del Equipo de Comunicaciones Trochando Sin Fronteras. Región Centro Oriente de Colombia. Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia.

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