El siguiente discurso fue brindado por Alberto Castilla, dirigente social del Comité de Integración Social de Catatumbo (CISCA) y ex Senador de la República en el marco de la Sesión Humanitaria Conjunta de las Organizaciones Sociales y la Mesa Humanitaria del Catatumbo el 4 de febrero en el municipio de Tarra, Norte de Santander, Colombia. Aquí analiza el recorrido del gobierno Petro, el autoproclamado “último Aureliano Buendía” en Catatumbo, exige la firma del Pacto Social por la Transformación Territorial de Catatumbo, aboga por la solución política al conflicto y denuncia el Estado de Conmoción Interior decretado para la región.
Permítanme agradecer a la Mesa Humanitaria del Catatumbo, este espacio para sesionar junto a las organizaciones sociales de la región, con el acompañamiento de las comisiones de paz y derechos humanos del Senado.
Esta sesión conjunta de la Mesa Humanitaria y las organizaciones sociales es el escenario ideal para presentarles a ustedes un informe de lo que se ha hecho, del recorrido que ha tenido el Catatumbo durante el gobierno del cambio.
Quiero empezar saludando a las comunidades catatumberas, a quienes pudieron venir, a las Juntas de Acción Comunal, a las organizaciones sociales, ASCAMCAT, al MCP y lógico, el saludo a la organización social de la cual yo hago parte, el Comité de Integración Social del Catatumbo el CISCA.
Saludar a las y el honorable congresista, miembros de las comisiones de paz y de derechos humanos del Senado de la República. A todas y todos los participantes de esta caravana humanitaria.
A la doctora Iris, Defensora Nacional del Pueblo, permítanme hacer un énfasis en el saludo a la Defensoría Nacional del Pueblo y a Monseñor Héctor Fabio de la Conferencia Episcopal por el papel que juegan en estas circunstancias. A las iglesias, a los medios de comunicación que han venido, a la mesa humanitaria y a la comunidad en general, a la institucionalidad del gobierno un saludo. Quiero en esta ocasión llevando la voz del CISCA dirigir estas palabras con un profundo dolor, y decirles que este dolor que está viviendo el Catatumbo no tiene propietario individual. Este dolor que está viviendo el Catatumbo es un dolor de todas y de todos. Es un dolor colectivo. Y que como decía Hemingway en su obra «no preguntemos por quién están doblando las campanas».
Las campanas en el Catatumbo están doblando por cada una y cada uno de nosotros. Cada muchacha, cada muchacho que muere en esta confrontación armada sin duda fue un niño sin esperanzas de haber realizado sus sueños.
Hace poco fui invitado al colegio del Tarra aquí donde yo vivo. Yo resido aquí en el municipio de El Tarra, soy de Convención y vivo en El Tarra. Fui invitado al colegio a una charla y una de las estudiantes me dijo, «¿Usted cree que yo pueda ir a la Universidad del Catatumbo?» Ese día sentí que lo que falta es hacer realidad los sueños.
Ojalá que esa muchacha no sea una de las que está en la confrontación armada.
Pero contrario a lo que promulgan algunos incendiarios que hay muchos en este momento, las organizaciones sociales y comunitarias sí hicimos los llamados. Porque había una ola creciente de rumores para que los grupos armados buscaran el diálogo como forma para resolver sus diferencias.
El día 12 de diciembre las organizaciones sociales junto a la diócesis de Ocaña en cabeza de Monseñor Olave hicimos público nuestro pronunciamiento que llamamos La paz con justicia social, una causa común del Catatumbo. En uno de los párrafos de ese pronunciamiento firmado por ASUNCAT, por ASCAMAT, por el MCP, por el CISCA y la diócesis de Tibú decíamos: “la ineficacia, la dificultad, la complejidad y lento avance de los procesos de negociación e implementación del acuerdo de paz firmado en el año 2016 son entre otros factores que incentivan las conflictividades al interior de los territorios. Hacemos un llamado al ejército de Liberación Nacional de ELN y al Estado Mayor de Bloques EMB a buscar los caminos del diálogo, decíamos el 12 de diciembre en ese pronunciamiento, y no hacer una confrontación armada o hacer de ella la oportunidad para el avance de los grupos paramilitares, la principal amenaza que en ese momento estábamos sintiendo como catatumberas y como catatumberos. Los grupos paramilitares que hoy rodean la región y la han convertido en su objetivo para consolidar sus intereses políticos, económicos y sociales, donde el Catatumbo se constituye en un territorio geoestratégico”.
Eso es parte del pronunciamiento que hicimos en diciembre. Llamando a prestarle atención al Catatumbo. Y la Defensoría del Pueblo sacó también una alerta temprana de inminencia que no fue atendida, que no se le prestó siquiera atención. Tenemos que decirnos las verdades; cuando hablábamos con mucha gente, con mucha institucionalidad les parecía que lo que estábamos advirtiendo era una mentira.
De ese llamado que hicimos y de los hechos de hoy, se encargará la historia. La historia nos dará las respuestas.
A todas y a todos aquí en este salón comunitario del municipio de El Tarra, les decimos que la paz es y será siempre nuestro horizonte. Que respaldamos y trabajamos duro por un gobierno del cambio liderado por Gustavo Petro y Francia Márquez. Un gobierno del cambio que entendiera la paz como vida digna. Y tengo que recordar aquí, que resuenan hoy las palabras del presidente Gustavo Petro.
En el año 2022 nos decía, «Propongo hacer del Catatumbo la capital nacional de la paz.» Y todos reventamos en júbilo, en una alegría de tener el gobierno del cambio que entendía la paz como vida digna.
Nos atrevimos a romper la tradición y aceptamos ese llamado del gobierno nacional del presidente Gustavo Petro para contribuir en la llegada de la universidad pública a la región para que sus jóvenes puedan estudiar y conectar el saber al territorio. Esto decía el presidente Petro, “para que los jóvenes en la universidad puedan conectar el saber a la tierra, el saber al surco y a la transformación”. Eso nos lo dijo aquí el presidente en el año 2022. Y propuso impulsar un pacto social por el Catatumbo.
La formulación participativa de las políticas públicas de sustitución de cultivos de coca, la implementación del programa Jóvenes en Paz, conectar la región con el Magdalena Medio y con Venezuela, acuerdos sociales entre el campesinado y el pueblo barí para recuperar los ecosistemas de la región. Seguimos creyéndole al gobierno en ese momento y Dr. Raúl Delgado, con usted se empezó a hablar del pacto social por la transformación del Catatumbo en el Hotel Tequendama de Bogotá. Fuimos invitadas e invitados a hablar del pacto de un ejercicio distinto que se haría con la participación de la comunidad donde entendiendo la corrupción de la institucionalidad en esta región era el gobierno nacional con las comunidades, “un gobierno del pueblo” quien debía hacer ese pacto social para la transformación territorial del Catatumbo.
A manera de informe y presentando la realidad de lo que se ha hecho, definimos colectivamente el objetivo del pacto. Para quienes no han estado muy en sintonía, lo voy a recordar:
Transformar el Catatumbo en un territorio ordenado alrededor del agua con justicia social y ambiental, soportado en una red educativa y en una estructura productiva que promueva la diversificación y la reconversión productiva, fortaleciendo el tejido social y posibilitando la construcción de la paz territorial.
Ese es el objetivo que nosotras y nosotros construimos y redactamos para el Pacto Social por la Transformación del Catatumbo. Eso es el pacto, un ejercicio de planeación colectiva.
Aquí le queremos pedir a las y los congresistas, a la representación del gobierno, a los funcionarios del Departamento Nacional de Planeación de Alto Nivel que desde el primer día se han conectado con esta propuesta, a la Agencia de Renovación del Territorio donde salió la idea. Pues pedirles a ustedes un favor y a la iglesia, a la defensoría, a todas y a todos los que puedan ayudar.
Es necesario expedir el decreto y comprometerse con la firma de este nuevo contrato social. Es necesario expedir el decreto y comprometerse con la firma de este nuevo contrato social. El gobierno nacional ha tenido las herramientas constitucionales y legales, y la institucionalidad completa, necesarias para realizar el sueño de construir la paz para el Catatumbo.
Si no se firmó el pacto no es porque no existieran herramientas constitucionales, ni porque no existieran herramientas legales, porque no hubiera institucionalidad. Ha faltado voluntad política para firmar el pacto por el Catatumbo.
El presidente nos dijo aquí en el Tarra, en el 2022: “Es la primera vez que un presidente viene al Catatumbo. Este es un territorio, decía el presidente, olvidado por el Estado que no es concebido por el Estado”. Él mismo nos dijo que el Catatumbo no ha existido para el Estado. Y que parecería que con la visita de él empezábamos a hacer Catatumbo.
Yo quiero aquí en este escenario decirles que es muy grave lo que está ocurriendo. Y por la gravedad de los hechos creemos que se hace necesario prestarle atención a las cifras. Yo le pido un favor aquí reiterado a la Defensoria del Pueblo: prestémosle atención a las cifras y a las fuentes. Las cifras que se han dicho del Catatumbo no son transmitidas de manera general por las entidades a las que les corresponde. Aquí hay información de población desplazada que transmite la Asociación de Municipios, hay información de población desplazada que transmite el PMU (Puesto de Mando Unificado), de la gobernación, del Ejército Nacional ¿a quién le corresponde las cifras oficiales de lo que está ocurriendo?
Y llamamos que es necesario corroborar las cifras y sus fuentes porque se trata, sin duda de atender con suficiencia, con oportunidad y con dignidad la crisis humanitaria. Y no puede ser, no queremos creer que se estén generando una situación política.
Repito, no puede ser y no queremos creer que se esté generando una situación política para hacer del Catatumbo un experimento. Para hacer de este Catatumbo un experimento, una especie de piloto donde se abandona el camino de la solución política. Se está construyendo un escenario en el Catatumbo donde las víctimas no importan. Lo que importa es el hecho político.
Llamo la atención a los organismos internacionales, a quien corresponda qué está pasando en el Catatumbo, ¿cuál es el hecho político?
Nosotros no podemos entender cómo en una locución presidencial se diga que hay una fuerza extranjera en el Catatumbo. Cualquier estadista frente a la presencia de una fuerza extranjera invadiendo el territorio debería llamar la nación a defender la soberanía nacional.
Pero la semana siguiente, la que nosotros presumimos era la fuerza extranjera, es la aliada del gobierno nacional para atacar la amenaza. Algo está ocurriendo extraño en el Catatumbo y quiero llamar la atención sobre eso.
Vemos con mucha extrañeza la expedición del decreto 0062 del 24 de enero de 2025, donde se declara el Estado de Conmoción Interior. Nosotros y nosotras lo que creemos es que esa decisión significa abandonar la construcción de un proyecto político con el pueblo.
La venida del presidente a Ocaña que respetamos y estuvimos ahí, cambió las reglas del juego. Y tenemos que decir aquí la realidad al Dr. Raúl Delgado: lo que hicieron en Ocaña no se corresponde con los sueños que empezamos a construir entre ustedes y nosotros como Catatumbo para tener un Pacto por el Catatumbo.
Cambiaron los municipios, cambiaron las decisiones y le dieron al gobierno departamental y a los gobiernos locales toda la responsabilidad, alejando a las organizaciones comunitarias. Ahora yo les pregunto, ¿el objetivo inicial del pacto por el Catatumbo sigue en pie? ¿o cambió? De eso es que tenemos que hablar.
Se lesiona con la expedición del decreto de conmoción interior la confianza en el cambio por el que nos la jugamos en la búsqueda de la paz. ¡La confianza de ese cambio está lesionada! Nos caímos de la nube. La inversión para la paz pudo haberse hecho ya. Puede hacerse todavía sin la declaración de un estado de excepción y si miramos los decretos expedidos en el marco de la conmoción interior, no hay ni uno que busque resolver la situación de fondo de los ocho municipios del Catatumbo.
Están jalonándose los recursos para las áreas metropolitanas, para otros intereses y no para atender la crisis humanitaria. Este es un momento de hablar con sinceridad, con mucha honestidad, porque es un momento determinante para el Catatumbo, porque el futuro nuestro aquí está en vilo.
La participación de las comunidades es y sigue siendo fundamental. El Pacto del Catatumbo ha sido un importante ejercicio de planeación. Creemos que hay que firmarlo, que hay que comprometerlo y que hay que recuperar la confianza en este Catatumbo para seguir creyendo en la construcción de la paz.
A los presentes congresistas, a la senadora Aida Quincue, al Senador Iván Cepeda a la Senadora Sandra (Ramírez), Senadora María José (Pizarro), Senador Jael (Quiroga), tomar el camino del diálogo y la solución política del conflicto armado. Es necesario.
De no ser así, el Catatumbo seguirá condenado a 100 años de soledad por el último Aureliano Buendía. Muchas gracias.
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