Junta Social Pro Reubicación de Tabaco contra Glencore-Cerrejón
Por: Sara Ranjana, colaboradora alemana

La comunidad afrodescendiente de Tabaco, en La Guajira, fue violentamente desalojada en el año 2001 debido a la expansión de la mina Cerrejón. Desde entonces, lleva más de 20 años luchando por restablecer una vida digna y reconstruir su tejido social, cultural y patrimonial. Entre el 28 de octubre y el 5 de noviembre de 2024, la comunidad bloqueó la línea férrea de la mina, lo que les permitió retomar las negociaciones con la empresa. El 5 de diciembre se celebró la tercera mesa de trabajo, luego del levantamiento del paro entre Carbones del Cerrejón Limited y la Junta Social Pro Reubicación de Tabaco. Desde la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, realicé un acompañamiento del 4 al 9 de diciembre de 2024, en las localidades de Albania, Hatonuevo y Riohacha. El objetivo de este acompañamiento fue monitorear el desarrollo de las mesas de trabajo.
Durante la tercera mesa, se presentaron avances en el proceso de caracterización de la comunidad de Tabaco y un informe sobre el trabajo de campo realizado por el Centro Nacional de Consultoría Cerrejón. A pesar de los esfuerzos, siguen sin haber avances concretos hacia el cumplimiento total de los acuerdos establecidos. En esta ocasión, se acordó convocar una mesa independiente con el comité de verificación, cuya conformación se reglamentó, pero no se puso a funcionar, en la sentencia y la comunidad para la semana siguiente. Además, se programó una nueva mesa de negociaciones para finales de enero de 2025.
Uno de los problemas que pude observar, y que me preocupa desde el punto de vista de garante del proceso, es la constante revictimización por parte de la empresa Cerrejón. Con el tiempo, estoy comprendiendo que la comunidad no solo ha sido víctima de violaciones a los derechos humanos, sino desde mi perspectiva, la destrucción de un pueblo afrodescendiente puede considerarse un crimen contra la humanidad, ya que hoy en día el pueblo, con toda su cultura y espiritualidad, está en peligro de extinción.

Por eso, para mí es fundamental acompañar a la comunidad de Tabaco en su justa lucha por justicia. Exigen una reparación integral que abarque tanto medidas individuales como colectivas. Entre sus principales demandas están: la indemnización económica por los daños sufridos, el reconocimiento oficial como víctimas y la garantía de que no serán revictimizados. También piden rehabilitación para tratar los daños físicos y psicológicos, así como la restitución de sus tierras y recursos, para poder restablecerse de manera autosostenible y retomar sus costumbres tradicionales. Además, exigen garantías de no repetición, para evitar que estos hechos se repitan en el futuro.
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