PRIMER ENCUENTRO REGIONAL DE CAMPESINOS DE PÁRAMO DEL CENTRO ORIENTE

La Laguna, Norte de Santander, agosto 19 de 2018

Los delegados de los departamentos de Boyacá, Santander, Norte de Santander, Arauca, Casanare, Cundinamarca, Meta, Huila, y la Nacion U´WA, que defienden los páramos de Cocuy, Santurbán, Pisba, Almorzadero, Tota Bijagual Mamapacha, Guántiva – La Rusia, y Sumapaz, nos hemos encontrado del 17 al 19 de agosto del presente año en el primer encuentro Regional de campesinos de páramos del Centro Oriente con el objetivo de seguir fortaleciendo la organización campesina y su justa lucha por la defensa de los paramos, la economía campesina, la permanencia en el territorio y la vida.

En el desarrollo de este espacio organizativo contamos con el respaldo y cariño de los pobladores de la Laguna municipios de Mutiscua y Silos, Norte de Santander, así como de su alcaldesa, Ana Dolores Solano y el rector del centro educativo CER La Caldera.

Frente a la actual situación de la de los páramos en el país declaramos que:

Las potencias mundiales en cabeza de sus multinacionales y con apoyo incondicional del Estado Colombiano han implementado la locomotora minero energética en los páramos. Así mismo busca ampliar sus ganancias con negocios verdes a través de la venta de bonos de carbono y de servicios ambientales.

Los campesinos e indígenas que habitamos los páramos lo hacemos a causa del acaparamiento de tierras en las zonas bajas por parte de los terratenientes y el despojo violento. Nuestra salida para subsistir ha sido desarrollar nuestra economía en estas zonas. No es cierto que atentemos con nuestra actividad económica el equilibrio natural de los sistemas de páramo. Por el contrario, garantizamos cerca del 70% del consumo alimentario nacional y nunca hemos sido escuchados por parte del Estado Colombiano.

Una reforma agraria integral es urgente, de tal manera que se garantice a los campesinos y trabajadores rurales, el acceso a la tierra, el mejoramiento técnico, el acceso a mercados y subsidios a la producción. Así mismo, debe sustituirse las importaciones de alimentos, que actualmente suman más de 14 millones de toneladas anuales, por producción campesina nacional. Solo así se generan empleos dignos, a la vez que se garantiza la soberanía alimentaria.

Se debe reconocer al campesinado como sujeto político de derechos ya que su actividad es fundamental para la soberanía alimentaria y para la formulación de políticas públicas que protejan de manera efectiva los páramos. Este reconocimiento, se ha impulsado desde Foros, Seminarios y Asambleas, hasta escenarios legislativo en el Congreso de la República donde la respuesta ha sido el hundimiento y desconocimiento de esta justa lucha. Por el contrario, la respuesta institucional es el favorecimiento del capital agroindustrial y multinacional, para seguir haciendo negocio con el campo colombiano.

Rechazamos la imposición de medidas proteccionistas y conservacionistas, como las resoluciones de delimitación que prohíben las actividades agropecuarias, las propuestas de zonificación ambiental, que supuestamente abren participación pero no discuten de fondo la prohibición de nuestra actividad campesina. Rechazamos el plan de sustitución y reconversión que impone el ministerio de ambiente, igualmente rechazamos la ley 1930 (ley de páramos) que además de mantener las prohibiciones agropecuarias nos prohíbe la construcción de vías y casas nuevas.

Rechazamos la militarización de los paramos la magnetización y las acciones de violencia contra los lideres campesinos y organizaciones sociales que vienen defendiendo los territorios y exigiendo el respeto por los derechos humanos, por la vida y por la soberanía alimentaria. Responsabilizamos al estado colombiano de la violencia contra los líderes sociales, de la reestructuración del paramilitarismo.

Denunciamos la doble moral del estado porque prohíbe la producción de comida en los páramos pero abre las puertas a la infraestructura para el despojo. Denunciamos la instalación de peajes en el tramo Bucaramanga-Cúcuta.

Rechazamos la presencia de la multinacional minera MINESA en el páramo de Santurbán.

Impulsaremos la organización y lucha campesina posicionando nuestro pliego nacional de paramos por la permanencia, defensa del territorio y la soberanía alimentaria, nos movilizaremos en defensa de la vida digna.

En defensa de nuestro territorio, impulsaremos la creación de territorios campesinos agroalimentarios como ejercicio de poder popular y las guardias campesinas para la protección del territorio y sus comunidades.
La Laguna, Norte de Santander, agosto 19 de 2018

Los delegados de los departamentos de Boyacá, Santander, Norte de Santander, Arauca, Casanare, Cundinamarca, Meta, Huila, y la Nacion U´WA, que defienden los páramos de Cocuy, Santurbán, Pisba, Almorzadero, Tota Bijagual Mamapacha, Guántiva – La Rusia, y Sumapaz, nos hemos encontrado del 17 al 19 de agosto del presente año en el primer encuentro Regional de campesinos de páramos del Centro Oriente con el objetivo de seguir fortaleciendo la organización campesina y su justa lucha por la defensa de los paramos, la economía campesina, la permanencia en el territorio y la vida.

En el desarrollo de este espacio organizativo contamos con el respaldo y cariño de los pobladores de la Laguna municipios de Mutiscua y Silos, Norte de Santander, así como de su alcaldesa, Ana Dolores Solano y el rector del centro educativo CER La Caldera.

Frente a la actual situación de la de los páramos en el país declaramos que:

Las potencias mundiales en cabeza de sus multinacionales y con apoyo incondicional del Estado Colombiano han implementado la locomotora minero energética en los páramos. Así mismo busca ampliar sus ganancias con negocios verdes a través de la venta de bonos de carbono y de servicios ambientales.

Los campesinos e indígenas que habitamos los páramos lo hacemos a causa del acaparamiento de tierras en las zonas bajas por parte de los terratenientes y el despojo violento. Nuestra salida para subsistir ha sido desarrollar nuestra economía en estas zonas. No es cierto que atentemos con nuestra actividad económica el equilibrio natural de los sistemas de páramo. Por el contrario, garantizamos cerca del 70% del consumo alimentario nacional y nunca hemos sido escuchados por parte del Estado Colombiano.

Una reforma agraria integral es urgente, de tal manera que se garantice a los campesinos y trabajadores rurales, el acceso a la tierra, el mejoramiento técnico, el acceso a mercados y subsidios a la producción. Así mismo, debe sustituirse las importaciones de alimentos, que actualmente suman más de 14 millones de toneladas anuales, por producción campesina nacional. Solo así se generan empleos dignos, a la vez que se garantiza la soberanía alimentaria.

Se debe reconocer al campesinado como sujeto político de derechos ya que su actividad es fundamental para la soberanía alimentaria y para la formulación de políticas públicas que protejan de manera efectiva los páramos. Este reconocimiento, se ha impulsado desde Foros, Seminarios y Asambleas, hasta escenarios legislativo en el Congreso de la República donde la respuesta ha sido el hundimiento y desconocimiento de esta justa lucha. Por el contrario, la respuesta institucional es el favorecimiento del capital agroindustrial y multinacional, para seguir haciendo negocio con el campo colombiano.

Rechazamos la imposición de medidas proteccionistas y conservacionistas, como las resoluciones de delimitación que prohíben las actividades agropecuarias, las propuestas de zonificación ambiental, que supuestamente abren participación pero no discuten de fondo la prohibición de nuestra actividad campesina. Rechazamos el plan de sustitución y reconversión que impone el ministerio de ambiente, igualmente rechazamos la ley 1930 (ley de páramos) que además de mantener las prohibiciones agropecuarias nos prohíbe la construcción de vías y casas nuevas.

Rechazamos la militarización de los paramos la magnetización y las acciones de violencia contra los lideres campesinos y organizaciones sociales que vienen defendiendo los territorios y exigiendo el respeto por los derechos humanos, por la vida y por la soberanía alimentaria. Responsabilizamos al estado colombiano de la violencia contra los líderes sociales, de la reestructuración del paramilitarismo.

Denunciamos la doble moral del estado porque prohíbe la producción de comida en los páramos pero abre las puertas a la infraestructura para el despojo. Denunciamos la instalación de peajes en el tramo Bucaramanga-Cúcuta.

Rechazamos la presencia de la multinacional minera MINESA en el páramo de Santurbán.

Impulsaremos la organización y lucha campesina posicionando nuestro pliego nacional de paramos por la permanencia, defensa del territorio y la soberanía alimentaria, nos movilizaremos en defensa de la vida digna.

En defensa de nuestro territorio, impulsaremos la creación de territorios campesinos agroalimentarios como ejercicio de poder popular y las guardias campesinas para la protección del territorio y sus comunidades.

Invitamos a las diferentes organizaciones sociales a luchar por la defensa de los páramos, la vida, la soberanía alimentaria y las comunidades que los habitan. A las clases populares de los distintos barrios y ciudades a reconocer las luchas del sector campesino, su importancia en la soberanía alimentaria y su labor protectora del territorio; a unir luchas por el acceso a los bienes de consumo colectivo que deben garantizarse tanto en el campo como en la ciudad y donde éstos bienes no sean acaparados por el gran capital.

Hacemos un llamado para que los trabajadores agrarios o jornaleros de páramo y hacer conciencia que al prohibir las actividades agropecuarias de páramo ellos también resultan afectados por éstas políticas nefastas,se unan a nuestro proceso y a luchar conjuntamente en pro de vida digna.

Páramos para la gente, paramos para la vida
páramos para la soberanía, paramos para avanzar.

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