Para que la vida siga siendo joven

Ciudad Bolívar territorio de paz

La oscuridad vuelve, llega con sus penumbras a nuestros barrios, sube la montaña y se instala en la paciencia de nuestros pobladores, de nuevo retorna el horror, viene a llevarse lo más preciado de nosotros, la vida, nos la arranca a pedazos, una a una, ante nuestras miradas de pavor consternadas por la velocidad de su ataque.

De nuevo en la localidad del viento, el trabajo y el sudor aparece la sangre en las esquinas, corre rápidamente cuesta abajo, se aleja, huye del cuerpo que acaba de abandonar, se va con el mismo temor con el que nosotros presenciamos estos actos de barbarie en contra de una población históricamente abandonada a su suerte por los programas estatales, ellos, nos referimos a los ángeles caídos, si, esos seres fenomenales, divinos en su configuración, malvados no por su opción, esos seres de luz, pero muy carne y hueso, hablo de los muchachos, los pelaos, nuestros jóvenes.

Por esto, hacemos un llamado a la comunidad, a nuestros vecinos, a los que habitamos ese hogar maravilloso llamado solidaridad, los llamamos a gritos, a gritos desesperados para que cese la barbarie, para que seamos llama viva, que enardezca el fuego de libertad y que no sea un fuego indolente y frio el que acabe con la risa, con los sueños, los juegos; debemos ser ese ardor que impide que entren los bandidos, los señores pajarracos a llevarse lo mejor de nuestro ser, solo así seremos esa barrera que contenga esta maldita guerra, aquella que nos deja tristes, solitarios y abandonados con profundos huecos en el alma difíciles de llenar.

Hoy les decimos a los que patrocinan el odio ¡¡¡no nos vamos a ir!!! Seguiremos habitando nuestras geografías, acá llegamos con ilusiones y las empezamos a construir con paroi y con madera, en nuestros barrios hemos visto crecer nuestras familias y envejecer a nuestros abuelos, afirmamos una vez más que tenemos derecho a nuestros espacios, a nuestros parques, a nuestras esquinas, queremos una localidad digna y eso pasa por defender, a toda costa, la vida de nuestros habitantes.

¿Quieren encontrar soluciones a nuestros problemas? no los busquen en las armas, ni en el señalamiento del pelao, no está en la mal llamada “limpieza  social”, no pidamos más fuerza pública, tampoco en el silencio que valida estos asesinatos, en ese silencio que encubre a los criminales. El remedio a estos males podemos encontrarlos en más inversión a los programas sociales, es decir, mejor salud, vivienda digna, oportunidades laborales y de estudio para estos muchachos, apoyo real al arte y a la cultura, promoción de los espacios recreo-deportivos. Pero la salvación también la encontramos en la sonrisa de nuestras gentes, en la música de nuestros artistas, en el esfuerzo que cada familia hace por salir adelante, en los abrazos calurosos, en los favores desinteresados.

Nuestros niños, jóvenes, padres y madres y la sociedad en general exigimos que en nuestra localidad haya Paz, pero una paz real, que ayude a completar y a realizar a los seres humanos en su totalidad no queremos una paz con P de pistola ni con P de plomo, queremos una paz con justicia social.

Porque Las plantas no florecen para ser cortadas. Defenderemos nuestro territorio.

Organizaciones sociales de Ciudad Bolívar.

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